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sábado, 17 de octubre de 2015

La mémoire d'une ombre (Capítulo.-3 Parte 1 “Voz”)

Capítulo 3 “Voz” (Parte 1)

Otra vez se repite el mismo escenario blanco, la mansión en ruinas, el patio de juegos abandonado y el constante miedo recorriendo mi cuerpo.

-Débil­…- Escucho esa voz, no sé de donde viene y tampoco me interesa, estoy demasiado cansado de todo esto, me resigno a sentarme en la nieve y contemplar su blancura.

-Tan débil…-Veo a alguien llegar enfrente de mí, es el pequeño niño que se parece un poco a mí, lo miro a la cara notando en sus ojos un brillo de odio y repulsión.

-¡Si no fueras tan débil, nada de esto hubiera pasado!- Su grito provoca que me tense, lo miro asustado a lo que responde acariciando mi rostro, no puedo hablar, mi voz simplemente no se deja oír.

-Si no fueras tan débil, él no te hubiera desechado- Siento una presencia detrás de mí y antes de conseguir voltear una figura de un hombre se arroja contra mi atrapando mi cuello en sus manos, duele y me cuesta respirar, espera un momento ¿Me duele? Esto no debería pasar en un sueño, intento gritar pero no sale ningún sonido de mi boca, comienzo a desesperarme si no hago algo este sujeto me matará en mi propio sueño.

-Despierta…- Hay una voz en el aire, aunque apenas es audible siento su calidez.

-Despierta…- El escenario se pone borroso, siento perder la conciencia de a poco volviéndose todo negro.

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-Llevamos una semana sin poder recorrer el bosque por ese Totub, ¿No se deberían hacer cargo ellos de su mascota perdida?- Digo mientras comienzo a preparar el desayuno, hace tan solo diez minutos que me levanté encontrando a la mayoría ya levantado, exceptuando al pequeño Daniel  y a Rauth  que aún siguen durmiendo, algo impresionante por el lado de Danny.

-No quieren perder a alguno de los suyos intentando capturarlo-

-Claro, ¿entonces somos nosotros los que nos tenemos que arriesgar?, no es justo Abelard-

-Lo sé, hoy mismo iré a pedirle ayuda a un viejo amigo así que no te preocupes Leich- Suspiró fastidiado, odio a esa agencia de cazadores, tomando a los humanos como la única raza digna para vivir con libertades y el resto de nosotros, tenemos que apegarnos a sus normas, hasta el mismo Abelard  fue catalogado como peligroso luego de recibir la maldición.

-¿Necesitas ayuda Leich?- Escucho a Louis gritar desde el salón. 

-No, gracias, no es necesario- Comienzo a servir las tazas para tomar desayuno, pero un fuerte grito nos alerta a todos, viene del cuarto de Danny,  nos miramos por unos segundos con Abelard antes de salir corriendo a su ayuda, abro la puerta de golpe encontrándolo en la cama retorciéndose, sigue dormido ya que sus ojos se encuentran cerrados, pareciera que está intentando alejar a alguien, su respiración es irregular es como si cada vez le costara tomar más y más aire, me acerco rápidamente a él intentando tomar sus manos pero entre tanto movimiento me es imposible.

-¡Se está ahogando!- Gritó Ethan desde la puerta del cuarto, veo como Abelard afirma las manos del pequeño a la cabecera mientras le ordenaba a Louis afirmar sus pies, intento hacer reaccionar a Daniel  hablándole y moviéndolo pero era imposible, comienzan a brotar lágrimas de sus ojos aún cerrados, su respiración se volvía mas débil al igual que sus movimientos.

-¡Daniel! ¡Escúchame, tienes que despertar!- Nada funcionaba, podía ver como unos dedos se marcaban en su cuello, la desesperación se apodero de mí. –¡¡Danny!!-.

-Quítate Leich – Volteo al escuchar la voz de Rauth el cual trae un balde lleno de agua y nieve derretida en las manos, no esperó a que yo lograra procesar sus palabras cuando nos lanzó todo el frio líquido, siento como el pequeño despierta de golpe tosiendo, mi primera reacción es abrazarlo lo más fuerte que puedo. 

-Casi me matas de un susto pequeño, ¿Qué fue lo que pasó?-

-Yo…- sus manos y voz tiritan, las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos, Abelard lo suelta al igual que Louis, este último acercándose a examinarlo. –Tuve un sueño demasiado real-.

-Tienes dedos marcados en tu cuello Danny, esto se está volviendo demasiado y peligroso tienes que contarnos sobre qué cosas sueñas, aunque no te agrade recordarlo-

-Soñé con que alguien intentaba matarme… Se sintió tan real- Busco con la mirada a Abelard esperando recibir  alguna respuesta a lo sucedido, su rostro muestra una clara preocupación al ver las marcas en el cuello de Danny.

-Ordena tus cosas Daniel, me acompañaras a ver a alguien- Lo veo dirigirse a la puerta del cuarto deteniéndose justo en esta volteando hacia mí. –Leich, te quedas a cargo-.

-Quiero ir contigo-

-Pero alguien debe cuidar a los niños cariño-

-¡Si mami tienes que cuidarnos!  Ja!Ja!- Esa molesta vocecita es de Ethan, me giro a enfrentarlo logrando callar su risa al instante.

-Louis puede cuidarlos perfectamente-

-¡Espera! ¡¿Qué, a caso estás loco Leich!?-

-Vamos no es tan terrible, solo tienes que cuidar de que no hagan un desastre- Le digo mirándolo serio.

-¡Debes estar bromeando, sabes que nunca me escuchan!-

-Ok, ok… Entonces Rauth lo estará- Puedo notar la leve tensión en el cuerpo del brujo y a su vez la sonrisa de burla por parte del Kratuk, aun no puedo creer que sea el único que note la relación entre ellos.

-Bien ya que mami quiere ir con papi y no quedarse con sus hijos, el mayor se quedará a cargo-

-No me digas mami, Abelard-

-Está bien querida iré a empacar un poco de comida para el viaje- Escucho como el resto se ríe a mis espaldas divertidos por la situación.

-¡Basta todos ustedes! vayan a secarse no quiero regresar y toparme con una casa llena de enfermos- Logro que cada uno se largue a su cuarto a cambiarse pero seguía escuchando sus molestosas risas.

-No te molestes Leich, solo están jugando- Me acerco a Danny para ayudarlo a quitarse la ropa húmeda, sus manos aun tiritan por lo sucedido y las marcas en su cuello comenzaban a tornarse en moretones.

-Luego de secarte, debes abrigarte bien para poder salir-

-Lo sé, lo sé…- Observo como se seca torpemente lo cual me hace sonreír divertido, tomo otra  y lo ayudo en la tarea.- No soy un niño Leich-.

-Jajaja, créeme que no se nota pequeño- Es cierto él ya es un adolecente y muy pronto un adulto, ya tiene dieciséis años y en unas semanas cumplirá los diecisiete, pero a nuestros ojos es simplemente un bebe, la mayoría de nosotros exceptuando a Louis y Abelard hemos vivido más de 60 años.

-¿A dónde se supone que vamos?-

-esa es una buena pregunta-

-Irán donde Lord Tomas, en la mansión cerca del rio- Volteo al escuchar la voz de Louis, el cual llevaba un paquete en sus manos.

-Eso quiere decir que nos toparemos con Joshua- Puedo notar la mirada nostálgica por parte del brujo, es de esperarse el antes vivía en ese lugar con ese muchacho.

-Si pueden entregarle esto por favor- Danny recibe el paquete curioso y lo guarda inmediatamente en el bolso que llevara.

-Vaya, vaya ¿Mandándole cartas de amor a tu romeo Louis?- Es divertido presenciar los notorios celos de Rauth cada vez que sale el nombre de Joshua en alguna conversación.

-No molestes Rauth, aún estoy molesto por lo de la poción que arruinaste-

-Eso ya fue hace una semana… Además, pensé que ya me había disculpado con…-

-¡No! Digas nada más…-

-¿Estas molesto de que estuviste que estar en cama todo el día siguiente?-

- ¡Que te calles!- En verdad no sé cómo diablos el resto no se ha dado cuenta de estos dos, son tan notorios, en especial Louis que no puede evitar el sonrojo en su rostro.

-¿Qué fue lo que paso?, ¿Acaso fue culpa de Rauth que te enfermaras ese día?- Claro el inocente de Danny simplemente no logra darse cuenta. –No sabía que Rauth fuera tan rudo en la cama- Ok… eso nos descolocó a todos, el solo nos miró curioso mientras comenzaba a ordenar sus cosas para el viaje.

-De…Desde cuándo- Louis estaba pálido, el Kratuk se veía más tranquilo, aunque su cara de shock, tengo que admitir, fue impagable.

-Desde que llegué a esta casa noté que te gustaba Rauth y también lo note por parte de él, no fue difícil darme cuenta de que ya estaban juntos, aunque de verdad me alegro de que ambos pudieran corresponderse- El silencio se apodero del cuarto, de verdad que hemos subestimado al pequeño.

-¿Están listos?, ya debemos irnos… ¿Qué les pasó? Están pálidos…- Abelard nos miraba curioso desde la puerta antes de volver a decir alguna cosa Danny lo interrumpe arrojándole su bolso, el cual agarra en el aire.

-Me estaban ayudando a empacar, estoy listo para partir- La sonrisa que le dedica a Abelard parece ser suficiente para convencerlo, ya que este le dedica una igual y se retira al living a esperarnos. Rauth suspira resignado y toma una bufanda que había en el closet acercándose a Danny para colocársela.

-Cuídate mocoso, no causes problemas-

-No lo haré- Louis se acerca de igual manera al pequeño y le pasa un extraño collar.

-Esto te protegerá de cualquier cosa, espero te diviertas. hay varios muchachos de tu edad, mándale saludos a Joshua de mi parte cuando lo conozcas-

-Gracias Louis… Bien creo que es hora de partir-

-¿Partirás sin despedirte de mi cariño?- En ese momento Ethan entra al cuarto y abraza por detrás a Danny, apretándolo contra su cuerpo. –No vayas a engañarme dulzura-

-ja!ja!ja! no lo hare así que no te preocupes- Logra soltarse del vampiro y camina sonriente hacia mi lado, me despido del resto y nos dirigimos al living en donde esta Abelard esperándonos, nos terminamos de despedir de Gabriel y salimos de la casa a comenzar un viaje de tres días hasta la mansión de Lord Tomas.

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Hace mucho que no salía de casa, añoraba sentir mis pies hundirse en la nieve y el sonido de las ramas al crujir con el viento, llevábamos horas caminando y por fin encontramos un buen lugar para quedarnos, la luna y la fogata es lo único que nos ilumina y nos aleja de la oscuridad del bosque. Leich está preparando algo de comer mientras Abelard pone un perímetro de seguridad alrededor nuestro, me siento inútil, todo el mundo se esfuerza en protegerme, pero yo soy incapaz de de hacer lo mismo por ellos, “Débil”, tal vez esa voz si tenga razón sobre mí…

-¿Que sucede pequeño? te vez triste-

-No es nada Leich, estoy cansado eso es todo-

-Deberías dormir Daniel, mañana seguiremos caminando por lo menos unas siete horas más-

-Abelard tiene razón Danny, ¿Qué tal si comes y luego vas a dormir?-

-Y si no puedo despertar…- El silencio se apodera del campamento, el miedo de que se repita lo sucedido y no puedan despertarme está latente en cada uno de nosotros. 

-Si no logras despertar, usare la técnica de Rauth y le pediré al espíritu del rio que te de un buen y frio baño- La sonrisa de Abelard siempre me ha generado seguridad desde el primer momento en que la vi.
La cena fue pacífica, el bosque lucia calmado de vez en cuando se escuchaban aullidos y otros sonidos pero si Leich y Abelard no se alarmaban, tampoco yo. Me despedí de ambos antes de irme a dormir, tal vez sea la última vez que los vea, apenas me acomodo en la suave hierva mis ojos se comienzan a cerrar adentrándome a una profunda oscuridad.

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Calidez… Eso siento apenas despierto en el mundo de los sueños, miro a mi alrededor, el paisaje no era el que me ha atormentado todas estas noches, estoy acostado entre muchas flores, el cielo es hermoso tan claro y despejado, nunca había soñado con esto, me levanto un poco y observo mi entorno, estaba en medio de un campo de flores y al final de este podía divisar un espeso bosque, por primera vez el miedo abandono mi cuerpo sintiendo paz, la curiosidad nació junto con el valor así que me dedique a recorrer el lugar hasta que divise un extraño bulto veinte metros más lejos de donde yo estaba, dude un poco pero al final decidí ir a ver de qué se trataba, camine hacia el objeto cuando note que en verdad era una persona.

-¿Hola?- no recibo ninguna respuesta, asique me acerco un poco más, parece estar dormido o dormida, sin pensarlo camino rápidamente hasta llegar a su lado, es un muchacho joven, parece tener uno o dos años más que yo, su cabello es larguísimo y de un hermoso color negro azulado el cual contrasta con su ebúrnea piel, me provocaba tocarla  para comprobar su suavidad. Parece estar durmiendo profundamente para no notar mi presencia, me detengo a contemplar su rostro, tiene unas pestañas oscuras y largas, sus labios se ven suaves y deliciosos me pregunto a que sabrán. Un pequeño movimiento en el chico provoca que me caiga sentado en la hierba producto de la impresión.

- Vaya, sí que tiene el sueño pesado, gateo un poco quedando junto a él para observarlo más de cerca, por unos segundos me siento un acosador hasta que algo llama mi atención, habían grilletes y cadenas en sus muñecas y tobillos, volteo para admirar mi alrededor el paisaje es tan pacifico, me recuesto junto a él logrando sentir el aroma a floras de su cuerpo, quedándome dormido acompañado con su presencia. Por primera vez en meses suspiré satisfecho.    


 



~Yuu~


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